domingo, 23 de diciembre de 2007

¡Qué venga el 2008!

Me cargan los resúmenes de fin de año. ¿Por qué? No hacen más que recordar lo que ya todos conocen. Ya todos sufrieron, la pasaron mal, celebraron o rieron a destajo... Prefiero planificar, ver qué viene, analizar qué vamos a hacer.
Para qué recordar que me fracturé, que no tuve vacaciones de verano, que me robaron el auto, etc, etc. Si todo ya pasó, y por algo.
Para qué recordar que la segunda mujer que he amado en mi vida regresó a Chile, pero con el chip cambiado. Válido. Pero hay que olvidar. De una. O de dos. O tres.
Se viene el 2008. Desafíos. Cual dinosaurio bicicleteando por las laderas que llevan a las Termas del Flaco.
Quiero ser mejor padre aún, tratar de mimar a mis padres (me cuesta ene, pero hay que intentarlo porque luego se van y uno los echa de menos), mejorar en la pega, recuperar de una vez por todas mi condición física y volver a trotar por las calles, estrechar lazos con mis amigos del alma y con los que se han escapado por ahí...
Al carajo con los resúmenes. Qué venga el 2008! Lo estaré esperando con un buen cabernet sauvignon.

PD: Gracias a José León y Daniel Díaz, mis abuelos, por enseñarme lo bueno: el vino y Colo Colo.